
Los aranceles de Trump a Honduras
San Pedro Sula, Honduras – La reciente decisión del expresidente estadounidense Donald Trump de imponer un arancel del 10 % a todas las exportaciones hondureñas ha generado una ola de reacciones dentro del país. Lo que a primera vista parece una amenaza a la economía nacional, especialmente a las industrias exportadoras, podría en realidad convertirse en una ventaja estratégica frente a otros competidores globales.
Mientras el impacto inmediato afecta a sectores como el café, los camarones, los textiles, los vegetales y la maquila, muchos expertos y empresarios están optando por ver el vaso medio lleno.
Trump impone aranceles y algunos en Honduras lo celebran
En medio de esta situación, resulta lamentable ver cómo ciertos líderes políticos hondureños, como Salvador Nasralla, Iroshka Elvir, Rashid, Tommy Zambrano y Juan Diego Zelaya, celebraron la victoria de Trump como si fuera una fiesta nacional. Hoy guardan silencio frente a una medida que perjudica directamente al pueblo hondureño.
No estamos hablando de millonarios ni de grandes corporaciones. Estamos hablando de obreros en maquila, de pequeños productores agrícolas, de emprendedores que verán más difícil colocar sus productos en el mercado estadounidense por el encarecimiento que representa el nuevo arancel.
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Pero… ¿y si esto fuera una oportunidad?
Lejos de caer en el alarmismo, varias voces relevantes del sector económico señalan que este escenario puede jugar a favor de Honduras. Daniel Facussé, presidente de la Asociación Hondureña de Maquiladores (AHM), explicó que mientras Honduras enfrentará un arancel del 10 %, países asiáticos como China, Vietnam o Pakistán enfrentarán aranceles de entre el 35 % y el 60 %.
“Eso hace que al final el producto hondureño sea un poco más barato para el consumidor de Estados Unidos y por eso lo van a preferir”, expresó Facussé.
Miguel Medina, secretario de Inversiones, comparte esta visión positiva. Citó ejemplos como el de la industria automotriz, donde empresas multinacionales están viendo a Honduras como destino ideal para relocalizar operaciones que antes estaban en México, debido a los nuevos impuestos fronterizos.
“Recibimos ejecutivos de una empresa que nunca había considerado Centroamérica. Hoy están evaluando establecerse en Honduras por nuestra posición estratégica y los nuevos aranceles”, reveló Medina.
Si bien el nuevo esquema arancelario presenta oportunidades, no se puede dejar todo al azar o al entusiasmo empresarial. Los expertos coinciden en que el Gobierno de Honduras debe actuar con rapidez para:
- Agilizar trámites aduaneros y logísticos
- Invertir en infraestructura productiva
- Fortalecer el clima de seguridad jurídica
- Mejorar la relación diplomática con Estados Unidos
Guillermo Matamoros, gerente de la AHM, lo resume con claridad:
“Una medida unilateral como esta puede beneficiar a Honduras, siempre y cuando sepamos aprovechar la ventaja relativa. Pero si no hacemos nada, esa ventaja se diluirá.”
En este contexto, resulta inaceptable que políticos hondureños celebren las decisiones de Trump solo porque creen que perjudican al actual gobierno. Es una visión miope, que no toma en cuenta que el daño real lo sufre la gente trabajadora, las empresas nacionales y la economía del país.
Si Honduras pierde competitividad, los que sufrirán serán quienes viven del agro, de la maquila, del transporte, de la industria y del comercio local. No los líderes políticos cómodamente sentados en sus estudios de televisión o redes sociales.
El reto que plantea este nuevo escenario internacional es real, pero no es insuperable. Con una estrategia de Estado, unidad entre sectores y visión de futuro, Honduras puede convertir estos aranceles en una puerta de entrada a nuevos mercados, más inversión extranjera y mejores empleos.
Ya hay empresas automotrices, maquiladoras y agrícolas que están aumentando su interés en Honduras por su cercanía geográfica, costos competitivos y el nuevo diferencial arancelario.