
Gabriela Castellanos, Directora Ejecutiva CNA
Tegucigalpa, Honduras – El Consejo Nacional Anticorrupción (CNA) ha recibido $9,828,451 dólares de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), lo que equivale a aproximadamente 250.6 millones de lempiras. Este financiamiento supuestamente está destinado a fortalecer la lucha contra la corrupción en Honduras, pero la falta de transparencia en su uso y su accionar selectivo ponen en duda la verdadera misión de esta organización.
En lugar de presentar investigaciones serias y pruebas irrefutables, el CNA ha centrado sus esfuerzos en una agenda política que ataca sistemáticamente al gobierno hondureño, mientras ignora los graves actos de corrupción en el sector privado. ¿Dónde está la imparcialidad?
Fondos millonarios sin rendición de cuentas
El CNA exige transparencia y rendición de cuentas al sector público, pero ¿quién audita al CNA? A pesar de recibir una suma millonaria de financiamiento extranjero, no existen informes detallados accesibles al público que expliquen en qué se ha utilizado este dinero.
• ¿Cuánto de este presupuesto se ha destinado a investigaciones reales?
• ¿Cuánto se ha gastado en sueldos, viajes y contratos internos?
• ¿Dónde están los mecanismos de auditoría independientes que garanticen que estos fondos no sean utilizados para manipulación política?
Si el CNA realmente se dedicara a la lucha contra la corrupción, debería permitir una auditoría externa y transparente sobre el uso de estos recursos. Sin embargo, hasta la fecha, no ha rendido cuentas de manera clara, lo que genera dudas sobre la legitimidad de su trabajo.
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El CNA y su silencio ante la corrupción del sector privado
Uno de los mayores problemas de la narrativa del CNA es su insistencia en que la corrupción es un problema exclusivo del sector público. Sin embargo, grandes desfalcos en Honduras han sido posibles gracias a la complicidad entre políticos y empresarios.
A pesar de esto, el CNA ha ignorado sistemáticamente los siguientes casos de corrupción público-privada:
• Contratos con farmacéuticas que vendieron medicamentos con sobreprecio al Estado.
• Empresas constructoras que cobraron por obras públicas pero las dejaron inconclusas o con sobrecostos.
• Contratos abusivos de empresas de energía, que han generado tarifas injustas para la población.
• Empresas beneficiadas con exoneraciones fiscales injustificadas, enriqueciendo a unos pocos a costa del pueblo hondureño.
¿Por qué el CNA nunca ha investigado estos casos?
¿Por qué su discurso anticorrupción solo apunta al gobierno y nunca a los grandes empresarios corruptos?
Si de verdad busca combatir la corrupción, el CNA debería exponer a todos los responsables, sin importar su filiación política o económica. Su falta de acción contra el sector privado evidencia un sesgo claro y una agenda selectiva.
El CNA y su alineación con intereses extranjeros
El actual gobierno de Honduras ha adoptado una postura soberana, defendiendo la independencia del país ante presiones extranjeras y de las élites económicas. ¿Es casualidad que el CNA haya intensificado su campaña contra el gobierno justo en este momento?
USAID, el principal financista del CNA, no solo brinda apoyo técnico, sino que ha sido utilizada históricamente como una herramienta de presión política. En América Latina, su financiamiento ha estado vinculado a la promoción de agendas alineadas con los intereses de Washington.
Cuando un organismo financiado por una potencia extranjera dirige sus esfuerzos exclusivamente contra el gobierno legítimamente electo y omite investigar la corrupción del sector privado, es legítimo cuestionar su verdadera función.

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