
Dagoberto Rodriguez, el Sicario de "Según Fuentes Confiables"
Dagoberto Rodríguez y el premio Álvaro Contreras: ¿Premian el periodismo o la lealtad al poder?
Tegucigalpa, Honduras – El Colegio de Periodistas de Honduras (CPH) ha otorgado su máximo reconocimiento, el premio Álvaro Contreras, a Dagoberto Rodríguez Coello, un personaje ampliamente conocido por su cercanía con intereses bancarios y corporativos. Este galardón, que debería representar el compromiso con la verdad, la valentía y la independencia periodística, ha sido reducido a un premio a la obediencia.
Un premio manchado por el silencio cómplice
Dagoberto Rodríguez no solo ha estado vinculado a la defensa de periodistas implicados en el escándalo de corrupción Hermes, sino que también fue el responsable de organizar la elección de su sucesor en la presidencia del CPH, un proceso que fue denunciado como fraudulento por el medio independiente Criterio.hn. El actual presidente del gremio, Juan Carlos Sierra, fue electo bajo su supervisión directa, pese a estar implicado también en el cobro de fondos ilegales del gobierno de Juan Orlando Hernández.
El CPH, un gremio al servicio del silencio
La historia no termina con una elección viciada. En el caso Hermes, la Unidad Fiscal Especializada Contra Redes de Corrupción (UFERCO) identificó a 77 periodistas que recibieron casi 100 millones de lempiras a cambio de emitir opiniones favorables al expresidente Juan Orlando Hernández. Entre ellos, figuran Juan Carlos Sierra y varios exdirectivos del CPH, como Lesman Aníbal Morazán y Luis Edgardo Vallejo. En lugar de exigir transparencia, el CPH ha lanzado ataques contra el fiscal anticorrupción Luis Javier Santos y ha defendido a sus afiliados, incluso presentando denuncias contra quienes investigan los casos.
Dagoberto Rodríguez, en 2019, defendió públicamente a los implicados en el saqueo al erario, alegando que eran víctimas de una «campaña de odio». Hoy, es premiado por ese mismo gremio que nunca cuestionó los millones repartidos desde Casa Presidencial para comprar voluntades en los medios.
Medios corporativos: instrumentos de propaganda, no de información
La complicidad mediática no es un rumor. Un estudio reciente de la Escuela de Ciencias de la Comunicación de la UNAH, publicado por El Libertador, reveló que durante los primeros seis meses del gobierno de Juan Orlando Hernández se publicaron 1,594 noticias en su favor en los diarios El Heraldo y La Tribuna, mientras que la presidenta Xiomara Castro apenas fue mencionada en 257 noticias, muchas de ellas con enfoque negativo. La desproporción no es casualidad: durante el gobierno de JOH, se pagaban hasta 250 millones de lempiras mensuales en pauta publicitaria a estos medios.
Estos beneficios fueron complementados por exoneraciones fiscales y contratos inflados de publicidad, en los que medios como Televicentro, Radio Cadena Voces y los ya mencionados diarios actuaron como voceros de un régimen cuestionado internacionalmente por corrupción, narcotráfico y fraude electoral.
Periodistas cómplices: ¿voceros o encubridores?
En el podcast Las Cosas Como Son, producido por Espacio Consciente, el analista Gilberto Ríos relató una conversación directa con Renato Álvarez, principal rostro de Televicentro, quien reconoció que su apoyo al golpe de Estado de 2009 y al fraude electoral de 2017 estuvo condicionado por los intereses económicos de los dueños del medio y empresarios aliados.
En Honduras, no se está premiando el periodismo crítico ni la búsqueda de la verdad. Se está recompensando a quienes callaron, a quienes repitieron el libreto y a quienes vendieron su voz al mejor postor. Dagoberto Rodríguez simboliza esa prensa que, lejos de fiscalizar al poder, se subordinó a él. ¿Premio Álvaro Contreras? No. Es un premio al silencio.
La pregunta inevitable
¿Todavía cree usted que los grandes medios informan? O más bien, ¿lo programan? En Honduras, la comunicación masiva ha sido secuestrada por intereses económicos que no toleran voces independientes. Y los periodistas que mienten para proteger a los poderosos, también son cómplices del saqueo.