Tegucigalpa, Honduras – El Partido Nacional de Honduras atraviesa uno de sus momentos más críticos, no solo debido a su posición como principal partido opositor frente al gobierno, sino también por los conflictos internos que amenazan con fracturar aún más su estructura. En el centro de esta disputa se encuentran David Chávez Madison, expresidente del Comité Central, y Ana Regina Sánchez, actual vicepresidenta y presidenta interina durante la ausencia de Chávez.
La relación entre David Chávez y Sánchez se deterioró durante la ausencia de David, quien salió del país mientras enfrentaba un requerimiento fiscal por presuntos actos de corrupción. Durante este período, Ana Regina Sánchez asumió el liderazgo interino del partido, una posición que le permitió tomar control de las redes sociales y las comunicaciones oficiales del Partido Nacional mientras seguía instrucciones políticas principalmente de Ana García, aunque siempre ha tenido una relación amistosa con Tito Asfura.
El conflicto escaló cuando David Chávez regresó al país tras la revocación de dicho requerimiento y denunció públicamente, a través de sus redes sociales, un comunicado emitido por el Partido Nacional. En su publicación, Chávez afirmó:
“Este mensaje no es del Partido Nacional y ha sido usurpado por Ana Regina Sánchez, quien ha tomado las cuentas del partido. En mi ausencia, estas han sido aprovechadas por candidatos particulares que tienen al partido en su peor situación. Desconozco estos comunicados absurdos y cobardes.”
El comunicado al que hacía referencia Chávez contenía duras críticas al gobierno, acusándolo de llevar a cabo una persecución política sistemática contra la oposición y de intentar instaurar un régimen socialista autoritario.
Ana Regina Sánchez: el ascenso político
Ana Regina Sánchez ha sido una figura clave en las comunicaciones del Partido Nacional en los últimos años. Su trayectoria incluye roles como coordinadora de Comunicaciones en SEDIS durante el último mandato de Juan Orlando Hernández y coordinadora de Comunicaciones en el INFOP entre 2014 y 2018. También fungió como community manager de “La Bonita,” un negocio vinculado a Juan Diego Zelaya, actual precandidato a alcalde de Tegucigalpa por el movimiento de Tito Asfura.
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Su liderazgo interino en el partido no ha estado exento de controversias, ya que ha sido percibido por sectores como alineado a los intereses de Asfura y Ana García, precandidatos presidenciales del Partido Nacional. Este posicionamiento ha generado tensiones con David Chávez, quien busca recuperar el control total del partido y enfrentarse directamente a estas figuras en el ámbito político y electoral.
David Chávez: la lucha por el poder
David Chávez, quien ha manifestado abiertamente su intención de liderar el Partido Nacional, no solo ha criticado las acciones de Ana Regina Sánchez, sino que también ha dejado claro que está dispuesto a enfrentarse a Tito Asfura y Ana García en su lucha por consolidar su posición. Para Chávez, el partido atraviesa “su peor situación,” un diagnóstico que atribuye a lo que considera liderazgos débiles y agendas particulares que no responden a los intereses del nacionalismo.
Su estrategia parece apuntar a devolver al partido su relevancia política, pero esto requerirá resolver las divisiones internas que amenazan con debilitar aún más la oposición frente al gobierno actual.
El contexto del comunicado del Partido Nacional
En medio de este conflicto interno, el Partido Nacional emitió un comunicado en el que denunció lo que describió como una “escalada autoritaria” del gobierno, acusándolo de usar el Ministerio Público como una herramienta de represión política. Este mensaje, que Chávez desacreditó públicamente, reflejó la postura oficial del partido frente al gobierno de Xiomara Castro, acusándolo de buscar instaurar un régimen socialista autoritario.
Sin embargo, la controversia generada en torno a la legitimidad de este comunicado evidenció las divisiones internas y la falta de consenso en la cúpula del Partido Nacional.
¿Qué sigue para el Partido Nacional?
Las diferencias entre David Chávez y Ana Regina Sánchez son una muestra de los retos internos que enfrenta el Partido Nacional en su intento por reconstruirse como una oposición sólida. Mientras Chávez busca recuperar el control y consolidar su liderazgo, Sánchez y otros actores, como Tito Asfura y Ana García, representan facciones con agendas propias.
El futuro del Partido Nacional dependerá de su capacidad para superar estas divisiones internas y presentarse como una alternativa viable al gobierno actual. Sin embargo, con una base electoral descontenta y liderazgos fragmentados, este desafío parece cada vez más difícil de alcanzar.