
Salvador Nasralla dijo que los indios son tontos
Tegucigalpa, Honduras – El precandidato presidencial Salvador Nasralla ha vuelto a desatar la polémica con declaraciones que evidencian su clasismo y desprecio hacia las raíces indígenas de Honduras. En un video ampliamente difundido en redes sociales, Nasralla utilizó el término “indio” de manera despectiva, equiparándolo con ser una persona “tonta” y “sin educación”. Este comentario no solo refleja su mentalidad elitista, sino que también representa un insulto directo a millones de hondureños que, independientemente de su ascendencia, forman parte de una nación donde el mestizaje es la norma.
Nasralla y su Desprecio por las Clases Populares
No es la primera vez que Salvador Nasralla emite comentarios que reflejan su visión clasista de la sociedad. En declaraciones anteriores, ha insistido en que su educación y títulos lo hacen superior a quienes no han tenido acceso a la formación académica. “Yo soy una persona con maestría, no soy un indio recién bajado de una montaña de Olancho”, expresó en una de sus intervenciones públicas. Esta afirmación deja claro que, para él, la capacidad de liderazgo está reservada únicamente para una élite educada, dejando de lado a quienes provienen de sectores populares.
Sin embargo, la historia de Honduras ha demostrado lo contrario: grandes líderes han surgido de las entrañas del pueblo y han gobernado con dignidad, sin necesidad de exhibir títulos académicos como único mérito. El liderazgo no se mide por diplomas, sino por la capacidad de comprender y representar las necesidades del pueblo.
La polémica no solo ha girado en torno a las declaraciones de Nasralla, sino también al papel de ciertos medios de comunicación en su defensa. El diario El Heraldo publicó inicialmente la noticia, confirmando la veracidad del video donde se escucha claramente al candidato utilizar el término “indio” de manera despectiva. Sin embargo, horas después, el medio se retractó con una corrección que distorsionaba la realidad, afirmando que Nasralla no había dicho “indio” sino “picarillo”.
Esta maniobra de El Heraldo no pasó desapercibida. En un contexto donde los medios de comunicación juegan un papel clave en la formación de la opinión pública, es preocupante que un periódico de gran alcance modifique la realidad para favorecer a un político. Esto no solo debilita la credibilidad del medio, sino que también demuestra la estrecha relación entre Nasralla y ciertos sectores mediáticos que buscan proteger su imagen.
¿Es digno de gobernar un país alguien que desprecia a su pueblo?
Honduras es un país de 10 millones de personas, donde el mestizaje es la norma y la identidad indígena sigue siendo parte esencial de la cultura nacional. Que un hijo de inmigrantes árabes como Nasralla, nacido en Honduras pero de ascendencia extranjera, menosprecie a quienes tienen raíces indígenas no solo es deplorable, sino que refuerza el clasismo que ha perpetuado la desigualdad en el país durante décadas.
La pregunta es clara: ¿cómo puede alguien que insulta a la población pretender gobernarla? Un líder debe unir, no dividir; debe respetar, no menospreciar. Y si Nasralla cree que la educación y la inteligencia están ligadas al origen étnico o la clase social, entonces demuestra que no es digno de representar a una nación que lucha por la equidad y la justicia.
Lejos de asumir la responsabilidad por sus palabras, Nasralla celebró la rectificación falsa de El Heraldo, asegurando que él realmente había dicho “picarillo tonto” en lugar de “indio tonto”. Sin embargo, la evidencia en video lo contradice, dejando en claro su intento de encubrir el clasismo que ha caracterizado su discurso político.
Este episodio deja al descubierto la verdadera cara de Salvador Nasralla: un político que, lejos de representar el cambio que promete, sigue anclado en una mentalidad elitista y discriminatoria. En un país que ha sufrido históricamente por la exclusión social, sus palabras no solo resultan ofensivas, sino que lo descalifican moralmente para aspirar a la presidencia de Honduras.
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