
Juan Carlos Sierra - Presidente del Colegio de Periodistas
Tegucigalpa, Honduras – En un nuevo capítulo de la hipocresía mediática, el Colegio de Periodistas de Honduras (CPH) y su presidente, Juan Carlos Sierra, han salido a “defender” la libertad de prensa… pero solo cuando les conviene. Esta vez, el gremio protesta porque la ministra de la Presidencia, Rixi Moncada, hizo un comentario crítico sobre la prensa tradicional. Sin embargo, la indignación selectiva de Sierra y su gremio no puede ocultar una verdad incómoda: cuando el régimen de Juan Orlando Hernández (JOH) persiguió, censuró y encarceló periodistas, el CPH guardó silencio.
¿Defensa de la prensa o protección de intereses?
La reacción del CPH no responde a una genuina preocupación por la libertad de prensa en Honduras. Si así fuera, habrían alzado la voz cuando medios críticos al régimen anterior fueron atacados y censurados.
En 2016, el canal UNETV denunció presiones políticas por su línea editorial crítica al gobierno. En 2017, la emisora Radio Globo, que reveló múltiples actos de corrupción, sufrió ataques y fue sacada del aire en varias ocasiones. Periodistas de ambos medios fueron amenazados, perseguidos y algunos obligados al exilio.
El caso más emblemático es el de David Romero, encarcelado por revelar casos de corrupción que involucraban a figuras del gobierno. Mientras la comunidad internacional denunciaba la persecución contra periodistas en Honduras, el CPH miraba para otro lado. Juan Carlos Sierra y su gremio no hicieron nada.
La prensa tradicional y su rol en la desinformación
La mayoría de los medios tradicionales en Honduras no cumplen con la función de informar, sino de manipular. No es un secreto que los grandes grupos mediáticos han estado alineados con los intereses de las élites políticas y económicas, utilizando su poder para tergiversar declaraciones, crear campañas de desinformación y atacar a quienes representan una amenaza para el statu quo.
Ahora, la prensa corporativa y el CPH intentan hacer creer que Moncada está “atacando la libertad de expresión” por hacer una crítica que no les gustó. Pero, ¿dónde está la censura? ¿Dónde está la represión? No la hay. Solo hay una respuesta incómoda para quienes siempre han tenido el micrófono y nunca han sido cuestionados.
La falta de libertad de expresión en Honduras no solo se debe a la censura gubernamental, sino también a las restricciones dentro de los mismos medios de comunicación. Muchos periodistas no pueden decir lo que piensan ni informar con objetividad, ya que deben alinearse con los intereses de sus patronos. De lo contrario, enfrentan despidos o represalias.
El CPH, en lugar de defender a estos periodistas, protege a los dueños de los medios. Sierra y sus aliados no representan la voz de los periodistas hondureños, sino la de los empresarios de la comunicación que han utilizado la prensa como un arma política y económica.
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El escándalo Hermes: corrupción en el periodismo hondureño
Si hay un episodio que desenmascara la corrupción dentro del periodismo hondureño es el caso Hermes. Esta red de corrupción desvió más de 122 millones de lempiras del Estado para pagar a periodistas y comunicadores que defendían al régimen de JOH.
Uno de los beneficiarios fue Juan Carlos Sierra, quien recibió más de 1.2 millones de lempiras por sus servicios al gobierno. Ahora, como presidente del CPH, pretende erigirse como defensor de la prensa libre, cuando en realidad su historial demuestra lo contrario.
Este escándalo confirma lo que muchos hondureños ya sospechaban: la “libertad de prensa” que defienden algunos no es más que la libertad de mentir, manipular y cobrar por proteger a los poderosos.
Si el CPH realmente estuviera comprometido con la libertad de expresión, estaría exigiendo justicia para los más de 90 periodistas asesinados en Honduras en los últimos años. Estaría denunciando las campañas de desinformación que han minado la credibilidad de los medios.
Pero en lugar de eso, prefiere victimizarse y proteger a quienes históricamente han usado la prensa como un instrumento de poder.
La libertad de expresión no es un escudo para la manipulación ni un derecho exclusivo de unos pocos. La verdadera prensa libre es aquella que informa con honestidad, que no se vende al mejor postor y que tiene el valor de cuestionar el poder sin importar quién esté en el gobierno.
A Juan Carlos Sierra y al CPH les molesta que cada vez más hondureños lo saben
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