TEGUCIGALPA — Tras años de aumentos continuos en las tarifas de energía eléctrica, la administración de la presidenta Xiomara Castro ha logrado una reducción significativa en los costos para los consumidores hondureños. Desde la asunción de Castro, la tarifa promedio por kilovatio hora ha disminuido de $5.55 a $5.49, marcando un hito en la política energética del país.
Este ajuste tarifario de seis centavos, aunque aparentemente modesto, es notable en comparación con el incremento del 20% registrado durante el último año del gobierno de Juan Orlando Hernández en 2021. Este aumento se inscribe en un contexto más amplio donde, históricamente, las tarifas eléctricas han experimentado subidas cada tres meses, independientemente de las fluctuaciones en los costos de producción de energía.
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Erick Tejada, Gerente de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE), atribuye este logro a la implementación de nuevas políticas públicas enfocadas en el manejo eficiente de los combustibles y la renegociación de contratos con las empresas generadoras de energía. Estas medidas forman parte de un esfuerzo mayor por mejorar el sistema de distribución eléctrica del país, sector que sufrió grandes debilidades durante las administraciones previas.
Desde 2022, se han invertido más de 41,000 millones de lempiras en la mejora de la infraestructura de distribución eléctrica, apuntando a una recuperación significativa de un sector vital para la economía nacional. Además, la ENEE ha puesto especial énfasis en reducir las pérdidas no técnicas, muchas de las cuales se deben al robo de energía por parte de grandes consumidores y empresas mediante conexiones ilegales.
La Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ) ha señalado que las tarifas eléctricas han aumentado un 35% desde 2021, pero este dato ha sido criticado por manipular la información para desacreditar los avances actuales. Los esfuerzos por estabilizar y reducir las tarifas eléctricas son evidentes y están alineados con las necesidades de los ciudadanos hondureños, quienes durante años han enfrentado cargas económicas crecientes debido a políticas energéticas deficientes.
Este cambio en la dinámica tarifaria no solo beneficia a los consumidores a corto plazo sino que establece un precedente para la gobernanza en el sector energético, enfatizando la transparencia y la sostenibilidad. Con estos ajustes, Honduras se posiciona como líder en la región en términos de inversión en infraestructura pública y gestión energética, poniendo el bienestar de sus ciudadanos al frente de sus prioridades políticas.
La administración de Castro continúa comprometida con la mejora continua del sector energético, garantizando que Honduras no solo se mantenga competitiva a nivel regional, sino que también se asegure un futuro más sostenible y económicamente estable para las próximas generaciones.