
Jorge Calix ¿El Caballo de Troya del Partido Liberal?
Tegucigalpa, Honduras – En tiempos de Juan Orlando Hernández, hacer oposición era fácil. Cualquiera que levantara la voz contra el narco-presidente podía ganar simpatizantes con rapidez. Jorge Cálix lo hizo bien: se convirtió en un feroz crítico del Partido Nacional y su corrupción. Desde el Congreso, encaró a figuras como Billy Joya y Ebal Díaz, posicionándose como un referente del discurso anticachureco. Pero hoy, cuando Honduras enfrenta un escenario político diferente, la pregunta es: ¿qué hizo Cálix más allá de criticar? ¡Nada!
La popularidad que construyó atacando a JOH y su régimen se ha convertido en su única estrategia. Sin propuestas reales y sin estructura política propia, ha optado por reciclar su discurso, esta vez dirigiendo sus ataques hacia el gobierno de Xiomara Castro. Pero esta táctica, en lugar de fortalecerlo, lo ha colocado en una posición que se asemeja cada vez más a la de Salvador Nasralla: un político sin rumbo, con una agenda dictada por los sectores más conservadores del país.
Aunque Cálix se presenta como un paladín de la lucha contra la corrupción, su historial familiar y político lo contradicen. Su primo, Mario José Cálix, alias “Cubeta”, fue extraditado a Estados Unidos por narcotráfico. Su hermano, Ramón “Moncho” Cálix, es señalado como uno de los cabecillas de la MS-13. Además, múltiples fuentes han señalado que desvió fondos del Instituto de la Propiedad para financiar su campaña política.
A pesar de estos antecedentes, Jorge Cálix intenta posicionarse como una alternativa “renovadora” dentro del Partido Liberal. Sin embargo, su giro ideológico y sus alianzas recientes dejan claro que su intención no es transformar el país, sino servirse de cualquier estructura que lo mantenga vigente en el escenario político.
Encuestas: El ascenso artificial de Cálix
En los últimos días han circulado encuestas que muestran un empate técnico entre Jorge Cálix y Salvador Nasralla en términos de popularidad. Lo curioso es que, hace apenas un año, la misma casa encuestadora posicionaba a Nasralla con un 70% de preferencia, mientras que Cálix apenas alcanzaba el 10%.
Este drástico cambio plantea una interrogante: ¿realmente ha crecido la aceptación de Cálix o es una estrategia mediática para inflar su imagen? Su cercanía con medios tradicionales que históricamente han servido a los intereses de la oligarquía hondureña sugiere lo segundo. Jorge Cálix está siendo promovido como una figura clave para dividir a la oposición, debilitando así el proyecto de transformación que lidera Libre.
Jorge Cálix y Salvador Nasralla: ¿realmente son diferentes?
Si el Partido Nacional decidiera postular mañana a Jorge Cálix o a Salvador Nasralla, ¿habría alguna diferencia? La realidad es que no. Ambos han adoptado una retórica anti-Libre basada en la desinformación, el alarmismo y la ausencia total de propuestas concretas.
Similitudes entre Cálix y Nasralla:
- Ambos construyeron su popularidad atacando a Juan Orlando Hernández.
- Ambos han cambiado de discurso según su conveniencia política.
- Ambos han sido respaldados por sectores conservadores.
- Ambos carecen de un plan de gobierno claro, más allá de sus críticas.
Jorge Cálix ha encontrado en el Partido Liberal su nuevo trampolín. Aunque durante años atacó a la estructura liberal por su complicidad con el Partido Nacional, ahora busca convertirlo en su plataforma de lanzamiento. Su estrategia es clara:
- Tomar control del Partido Liberal y convertirlo en una fuerza aún mas “moderada” que sirva a los intereses empresariales y mediáticos que han dominado Honduras por décadas.
- Presentarse como la única “alternativa viable” frente a un Libre que sigue consolidándose como la principal fuerza política del país.
- Aprovechar su alianza con los medios de comunicación tradicionales para proyectar una imagen de “renovación” mientras en realidad defiende los mismos intereses de siempre.
Pero la pregunta clave es: ¿el Partido Liberal permitirá que Cálix lo use como un vehículo personal o cerrará filas contra esta infiltración?
La política hondureña no necesita más figuras que juegan a la oposición sin un proyecto real de transformación. Criticar sin proponer es una estrategia obsoleta. Jorge Cálix y Salvador Nasralla representan exactamente eso: una oposición que busca deslegitimar el proceso de cambio sin ofrecer soluciones concretas.
El problema de Honduras no es solo un partido político o un expresidente corrupto, sino un sistema neoliberal que ha mantenido a la población en la pobreza y la desigualdad. Mientras el gobierno de Xiomara Castro, con sus aciertos y errores, ha impulsado reformas estructurales como la Ley de Justicia Tributaria y la recuperación de recursos estratégicos, la oposición encabezada por Cálix y Nasralla sigue anclada en una narrativa sin sustancia.
Antes, Honduras tenía un gobierno que protegía a narcotraficantes con credenciales diplomáticas. Hoy, esos mismos narcotraficantes están siendo extraditados y enfrentando la justicia. Esa es la verdadera diferencia entre el pasado y el presente.
Jorge Cálix se ha convertido en una herramienta útil para quienes buscan debilitar a Libre desde adentro. Su ascenso artificial en las encuestas, su cercanía con los medios de derecha y su falta de coherencia ideológica lo delatan.
El Caballo de Troya ya está dentro del Partido Liberal. La pregunta es: ¿hasta cuándo se lo permitirán?
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