En una jugada que sorprendería a nadie, el equipo legal del expresidente Juan Orlando Hernández ha solicitado un nuevo aplazamiento de su juicio, marcando esto como el último movimiento en su ballet jurídico de dilaciones. Citando problemas de salud y una avalancha de material de última hora proporcionado por el Gobierno, la defensa clama por un respiro de 30 a 45 días adicionales.
Este argumento, tan fresco como una rebanada de pan de ayer, sugiere que la defensa está abrumada por el exceso de material y la tardanza del mismo, presentado justo después de la fecha límite del 5 de diciembre de 2023. Parece que el reloj de la justicia corre a una velocidad diferente para algunos.
Además, en un giro que podría confundirse con un argumento de una novela de Kafka, Hernández solicita un abogado de defensa pública para unirse a su ya estelar equipo legal. Sí, has leído bien: un asistente jurídico estatal para el abogado de un expresidente. La ironía es tan rica que casi se puede saborear.
Y como si el guion no estuviera ya suficientemente cargado de ironía, entra en escena Oscar Estrada, el «experto» en temas de narcotráfico y ahora aparente caja de resonancia de las excusas de Hernández. Estrada, fiel a su nuevo papel, distribuye el mensaje de Ana García de Hernández, defendiendo la solicitud de aplazamiento del juicio, programado inicialmente para el 5 de febrero de 2024. Para Estrada, la defensa está en desventaja debido a la tardanza en la entrega del material, tanto clasificado como no clasificado.
Estrada también señala la petición de un abogado de la defensa pública, aunque predice que el juez probablemente negará esta solicitud, algo que podría catalogarse como un destello de realismo en este mar de absurdos.
Mientras tanto, Ana Hernández cierra el acto con un clásico: «Juan Orlando es inocente, volverá». Una frase que resuena en los ecos de las redes sociales, pero que parece perder fuerza en los pasillos de la justicia.
El destino de esta comedia de aplazamientos está ahora en manos del juez Castell, quien debe decidir si cede ante estas peticiones o mantiene la fecha del juicio. ¿Veremos el final de esta saga jurídica, o será solo otro episodio en la serie interminable de excusas de Juan Orlando Hernández? Solo el tiempo, y quizás otra solicitud de aplazamiento, lo dirá.
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