El Partido Liberal de Honduras (PLH) conmemora su 133 aniversario en medio de una crisis política que ha sacudido sus cimientos. Las recientes expulsiones de la diputada Kritza Perez y del Alcalde Erick Mejía han despertado acusaciones de «una arbitraria expulsión», lo que muchos miembros interpretan como un abandono de la doctrina del liberalismo social en favor de una ideología más conservadora y alineada con el Partido Nacional.
La serie de eventos que han llevado al partido a este punto de inflexión se remonta al Golpe de Estado de 2009, que fracturó al partido y resultó en la formación del Partido Libertad y Refundación (LIBRE) por aquellos afines al liberalismo social. Esto dejó en el PL una mayoría conservadora, relegándolo a un tercer puesto en la política nacional, detrás del PN y de LIBRE.
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Los 12 años de administración del PN después del golpe, con el apoyo del PL a varias legislaciones polémicas, han alejado aún más al partido de sus principios doctrinales y han mermado su credibilidad ante la población, sumiendo al PL en una profunda crisis de identidad.
En la celebración del aniversario, los liberales tienen previstas actividades que incluyen la izada de la bandera y la entonación del himno del partido, con la mirada puesta en la unidad y el objetivo de retomar la presidencia del país. Sin embargo, estas celebraciones están teñidas por el descontento interno y la falta de acciones concretas para reconducir al partido hacia sus raíces ideológicas.
Yani Rosenthal, presidente del CCEPL, mantiene un discurso optimista sobre la reorganización y el retorno a los principios liberales para lograr el poder. A pesar de ello, figuras como Víctor Cubas instan a los disidentes que se fueron a LIBRE a «regresar a casa», lo que indica un reconocimiento implícito de la división interna.
El PLH, que se proclamó en 1932 como un partido de izquierda democrática, ha vivido diversas transformaciones a lo largo de su historia, oscilando entre el liberalismo social y posturas más de derecha. Este aniversario se presenta como un momento decisivo para reflexionar sobre su trayectoria y definir su futuro en un escenario político hondureño cada vez más polarizado.
El Partido Liberal enfrenta el desafío de reconciliar su rica historia con las realidades contemporáneas de la política hondureña. El 133 aniversario llega en un momento crítico, donde la cohesión interna y la fidelidad a sus principios doctrinales son más necesarios que nunca para superar la crisis actual y convertirse en una opción viable para el electorado en las próximas elecciones. La capacidad del PL para adaptarse y redefinirse determinará su lugar en el futuro político de Honduras.