SAN PEDRO SULA, HONDURAS – La carrera política de Pedro Barquero, marcada por cambios significativos y alianzas estratégicas, es un ejemplo de la compleja relación entre poder político y económico en Honduras. Durante su tiempo como presidente de la Cámara de Comercio e Industrias de Cortés (2020-2021), Barquero se destacó como un firme opositor a la corrupción, incluso enfrentándose al Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP) por sus prácticas, muchas veces controvertidas, que amenazaban el territorio hondureño.
Su postura política de derecha pronto capturó la atención de influyentes empresarios del Valle de Sula. Esta base de apoyo lo impulsó a unirse al Partido Salvador de Honduras (PSH), un movimiento político respaldado financieramente por estos mismos empresarios. Su ascenso fue meteórico, convirtiéndose en portavoz del PSH en la costa norte.
Sin embargo, ante la inminente derrota del PSH en las elecciones de 2021, los empresarios apoyaron una alianza entre Barquero, el PSH, y el Partido Liberal y Refundación (LIBRE) para asegurar la victoria de la entonces candidata, Xiomara Castro. Esta estratégica unión refleja el interés empresarial en mantener su influencia, especialmente frente al adverso panorama que representaba el expresidente Juan Orlando Hernández.
Ya como Ministro de la Secretaría de Desarrollo Económico (SDE), Barquero enfrentó un dilema significativo con la propuesta de la Ley de Justicia Tributaria (LJT), que amenazaba los intereses de sus patrocinadores empresariales. Esta ley buscaba eliminar exenciones fiscales innecesarias de las cuales muchos empresarios se beneficiaban. En un acto que demuestra la influencia de estos grupos en sus decisiones, Barquero renuncia a su cargo, incapaz de conciliar su rol gubernamental con los intereses empresariales que lo respaldaban.
Esta renuncia llevó a una nueva alianza, esta vez con el Partido Nacional (PN), formando el Bloque Opositor de Control (BOC). Lo irónico de esta unión es que ahora Barquero comparte filas con los mismos políticos a quienes previamente acusaba de corrupción.
La trayectoria de Pedro Barquero ilustra cómo las alianzas políticas en Honduras pueden estar profundamente influenciadas por intereses empresariales, a menudo llevando a líderes políticos a cambiar de posturas y alianzas según convenga a sus patrocinadores. Barquero, inicialmente un luchador contra la corrupción, termina siendo parte de un sistema que antes criticaba, mostrando la compleja dinámica entre el poder político y económico en el país.