El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha anunciado que acatará la medida impuesta por la Comisión de Quejas y Denuncias del Instituto Nacional Electoral (INE), que le ordenó incluir un mensaje al inicio de sus conferencias de prensa matutinas, conocidas como mañaneras, para evitar pronunciamientos electorales.
Durante su rueda de prensa de este viernes, el mandatario anunció que se colocará un letrero al inicio de las conferencias, tal como lo ha ordenado el INE. Este mensaje establece que las mañaneras tienen como objetivo difundir propaganda institucional o gubernamental, con fines informativos, educativos u orientación social, y que no se permitirán pronunciamientos relacionados con temas políticos o electorales que afecten la equidad de las contiendas o influyan en la ciudadanía. Además, se prohíben manifestaciones o expresiones a favor o en contra de fuerzas políticas o personas identificadas con estas.
Sin embargo, López Obrador anunció que añadirá un mensaje adicional, en forma de postdata, que dice: «Si eres conservador y estás en contra de la transformación del país, porque quieres que regresen los fueros y los privilegios de unos cuantos, y que continúe la corrupción, el clasismo, el racismo y la discriminación, te recomendamos que no veas este programa porque puede causarte algún daño psicológico, emocional o afectar los intereses que defiendes».
El presidente señaló que este mensaje es una advertencia para aquellos que se oponen a su proyecto de transformación del país y que desean la vuelta de los privilegios y la corrupción. Además, bromeó diciendo que los trabajadores del periódico Reforma, al que ha señalado en diversas ocasiones como un medio conservador, no podrán ver el programa.Sin embargo, López Obrador también expresó su preocupación por no poder hablar de otros políticos y consideró que esta medida trata a los ciudadanos como «menores de edad».
Lamentó no poder referirse a figuras políticas como Carlos Salinas o Vicente Fox, e hizo referencia al término «PRIAN» para referirse a los partidos opositores PRI y PAN.El presidente mexicano cuenta con uno de los niveles de aprobación más altos en Latinoamérica, superando el 66%. En su punto más bajo, llegó al 58%. La oposición teme que esta gran aceptación pueda perjudicar sus posibilidades de salir victoriosa en las próximas elecciones presidenciales de México.